El balcón de los suicidas.

Yo cuido el balcón de los suicidas, lo mantengo limpio, abro a las 8 de la mañana y cierro a las 5 de la tarde. Me fue encomendada a mi y solo a mi, la honrosa labor de cargar las llaves para quien anhela la muerte.

Dadas las exigencias del mundo actual para satisfacer las necesidades de los usuarios del sistema, el C.A.S.P.O, (centro de acompañamiento para el suicida en potencia) nació como una iniciativa para ayudar en este difícil trance a quien desee ayudarse a bien morir.

El centro tiene dos ejes centrales; la tradicional ayuda psicológica para quien desea suicidarse pero no se decide y se inclina a quedarse en este lado, donde la terapia consiste en mostrarle porqué es que ante la duda lo mejor es que no se quite la vida y mejor espere hasta un momento de total decisión. El segundo eje, del que soy trabajador activo desde el inicio del proyecto, consiste en una completa y eficaz asesoría para los que definitivamente están dispuestos a quietarse la vida. La sociedad moderna ha tenido que aceptar como hecho común el que todos los usuarios que quieran como opción de vida optar por la muerte lo hagan con total tranquilidad, sin enjuiciamientos ni prejuicios sociales. Y en vista de que los suicidios en el anonimato trajeron diversos problemas familiares y sociales, el institucionalizarlo lo ha ayudado a convencionalizarlo.

La asesoría para los que definitivamente están dispuestos a la transición del fin de su existencia, consiste en una serie de prácticos consejos y manuales de cómo hacerlo de forma segura y limpia.

Uno de las diferentes opciones por las que un usuario puede optar es este balcón al que cuido, especialmente diseñado para los que gustan morir con alboroto y llamando la atención, para los que tienen algo que gritarle al mundo que deja, o para los que quieren culpar a alguien por su muerte y quieren mostrársela para hacerla sentir mal.

Ademas del balcón que esta abierto para cualquier persona que desee usarlo, ofrecemos también una serie de ejercicios de respiración y de técnicas corporales para una mejor caída. (cabe aclarar que la organización no garantiza la efectividad del totazo, y del que muera o no de forma rápida es responsabilidad de cada usuario).

He visto a lo largo de mi carrera cientos de personas todas con diversos problemas o falta de ellos que se han parado frente a mí, con la frente alta de quien ha tomado una radical decisión, y me han pedido que habra la puerta para el salto definitivo, tengo en mi historial un sinnúmero de usuarios satisfechos, lo cual me llena de orgullo, por el reconocimiento que me ha dado la sociedad por el servicio prestado.

Sean todos invitados a visitar las instalaciones cuando quieran y cerciorarse de la profesionalidad del centro, serán todos bienvenidos.

“Solo una cosa no hay, es el olvido”

Hay de aquel que confía en el tiempo para que cure su pena.

El tiempo no hace favores.

Cada imagen que dices olvidar

mora en lo más profundo de tu memoria

hasta que un día sale, siempre sale,

estará hay para recordarte,

mostrarte cuando te equivocaste,

hacer cercano lo que creías lejano

y lo creías enterrado para siempre.

“Una vez amé, creí que me amarían,

pero no fui amado.

No fui amado por la única gran razón:

porque no debía serlo”

Pobre de ti que lloraste por una mujer,

el recuerdo de su rostro a través de tus lágrimas

te acompañará para siempre.

La boca que dijo no,

los labios que añoraste,

la espalda que viste alejarse

no se han ido;

esperan el mejor momento, asechan en las cosas,

una sonrisa podría recordártela

y el sonar de un teléfono todavía te da esperanza.

¿Ves aquel hombre que camina encorvado

con la cabeza puesta en sus pies

-es tu imagen-

lleva todo el peso de una mujer en sus hombros.

“Y sin embargo ambos dependen de esa pena

que es igual para todos: no poder olvidar.

Él ya te olvidó,

te dicen para consolarte muchacha.

Lo dejaste, le diste mejores cosas que pensar,

le diste más tiempo libre,

le quitaste la angustia de tener que hacer una llamada.

Te agradezco en su nombre y en el mío.

Pobre hombre si tan solo supiera,

si tan solo alguien le dijera que ella ya no piensa en él

le quitarían un peso de encima,

le quitarían ese dolor que nunca pasa:

la zozobra de saber que no hizo lo que debía,

los reproches por pensar que hizo algo que no podía,

el lamentarse por perder una oportunidad que no existía.

Si alguien le dijera,

si alguien me dijera,

si alguien nos dijera que no hay culpa,

sabríamos que ninguno nunca se equivocó,

o que ambos se equivocaron,

o que los dos comparten la razón,

pero que ninguno se librará de su pena.

Palabras y cosas.

“El lenguaje es la casa del ser. El hombre habita en esa morada. Los pensadores y los poetas son los guardianes de esa casa”
Martín Heidegger

Mi cabeza es lenta, cada palabra que escribo pesa como una tonelada que debo cargar con mucho cuidado y esfuerzo, para luego tener que quitarla y poner otra mejor en su lugar –es una exageración, lo sé-. Cuanto diera por tener una escritura ligera y poder hacer como los grandes que de un solo tirón escriben cosas maravillosas.

Yo por el contrario debo esforzarme enormemente para escribir algo mediocre, ligeramente pasable. A veces pienso si en verdad mi destino son las letras, y con ironía me doy cuenta que ésta pregunta no la hago yo sino la filosofía, y la respuestas que encuentro son las mismas vanas metáforas de la poesía que siempre me acompañan.

Este debería ser como los grandes blogs que se valen de la opinión que es la mejor manera de juzgar al mundo; si fuera así tendría mucho que decir. Pero como carezco de temple de ánimo para ello, y como por suerte para consolarme al final siempre quedan las citas de lo poco que he leído, puedo hablar de lo que decía el poeta refiriéndose al filósofo; que si “ en las letras de ‘rosa’ está la rosan y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’”, entonces sí podríamos decir certeza donde otros dice duda, mentira donde otros dicen verdad.

LUCHA

 

A través de la ventana vi cómo se peleaban.

Me sorprendió su furia, él que no tiene nada, que no se ve, él que solo se siente -aunque no se atrapa-, lo sacudía de un lado para el otro con la voluntad absoluta de arrancarlo del suelo.

El otro con todas sus fuerzas se aferraba a la tierra de donde había nacido, no cedió nunca mientras sus miembros se movían sin cesar.

Por la mañana vi sus hojas desparramadas por el suelo ente él, el árbol que durante toda mi vida me ha visto crecer, le había ganado de nuevo una batalla al viento; seguía en su lugar.

Sentí indignación pero no dije nada, recordé que mis palabras son aire que van al aire, y que el aire es viento, no quisiera ofenderlo.

Poema, Poesía, Poetas Poetas.

 

En el silencio de la noche, cuando fuera de mi ventana veo al mundo dormir a través de la oscuridad que lo rodea todo, puedo darme cuenta que tienen razón los poetas cuando nos muestran lo cerca que estamos de ellos. Porque poetas hay dos, uno es el que escribe versos, el que está conectado con el mundo, el que siente al mundo, siente todo lo que hay en su interior y, apropiándose del lenguaje, que es lo que más nos hace hombres pero al mismo tiempo separa a unos de otros, lo plasma todo en imágenes que luego leeremos los otros, los poetas que leemos esos versos, que nos apropiamos por las palabras de eso que ya unos se apropiaron primero. Pero no me quejo, aunque no pueda hacer poesía con lo sobrecogedor que tiene el infinito silencio de esta ahora, por lo menos sí debo agradecerle a la poesía que me haya enseñado a verlo, el que me haya enseñado a no pasar por alto nunca el más leve gesto humano, la mas inocente palabra proferida en la calle por alguien que se creía solo y habló en voz alta para sí; es la poesía la que enseña a ver a la luna, las dos caras de la luna, es la poesía la que ve al amor en un vuelo de pájaro.

Creo que lo que necesita todo país es un presidente que sea poeta, no el poeta que escribe versos, ese ya no podría, porque ser presidente es ser presidente, y ser poeta es ser poeta; me refiero al poeta que lee versos, no cualquiera pude ser buen poeta, pero si cualquiera puede leer poesía.

Si va a dar un detalle, regale un poema, pero si de verdad quiera regalar, brindar un obsequio, enseñe a leer poesía; y si no sabe, aprenda: ser poeta es leer a poetas, y aprender a leer poesía es atreverse a ser poeta leyendo poesía.

Inicio

El día en que el primer hombre dijo “quiero”,

dichoso halló lugar el amor en la palabra.

 

La misma mano que se extiende para pedir pan

no sirve para pedir ser amado.

 

El día en que el primer hombre dio un beso,

supo que cuando la palabra no es suficiente

el cuerpo habla, aprende. Siempre comunica.

 

Cuando el primer hombre escuchó al eco devolver su palabra,

vio su mano ser rechazada

y vio los labios que deseaba alejarse:

triste,

muy triste halló lugar el poema en la palabra.

De los que miran el arte.

Escribimos y vivimos en el exilio de la imaginación; exploradores estéticos de la nada el vacío. Hace muchos años que los artistas no nos acostamos con la patria. Haría falta una verdadera posesión carnal con ella que revitalizara nuestro espíritu y lo hiciera florece.

                                                                                              Gonzalo Arango

 

 

 

No creo que no nos duela la patria como la plantea Gonzalo Arango, no me veo refugiado en las letras mientras a mi espalda el país se cae a pedazos. Es solo que pienso que ahora cuando se grita revolución se grita con la misma fuerza de quien grita gol en un estadio, con la misma violencia, la misma pasión y los mismos resultados.

No creo que a los jóvenes de ahora no nos quepan ideales ni creencias firmes por las que luchar, sino que decir amor por la patria y revolución, conlleva cargar a cuestas con toda la historia de un país que no ha respondido bien nunca a proclamaciones como estas; aquellos que levantan la bandera con los mil colores de paz, justicia y libertad para la gente, nunca han podido sostenerla lo suficiente como para sobre ella fundar patria digna como lo desean.

De todas formas sí creo en mí, en la gente que me rodea, en que lo que haga con mis manos tal vez no pueda ser mucho, pero tampoco creo que haga más poniéndome a jugar con los que creen tener la solución en tres consignas, una premisa y cien personas dispuestas a decir a todo sí. Tan solo deseo poder enseñar lo poco que sé y lo que me falta por aprender, algo como eso sí “revitalizará mi espíritu y lo hará florecer”, de eso estoy seguro.

 

 

 

 

 

Despedida

Un beso en la frente,

seis pasos,

media vuelta,

el adiós definitivo en el movimiento secó de una mano conclusa;

una sonrisa o un saludo:

un pequeño gesto.

Media vuelta,

tres pasos

y el sonido fuerte

repentino, doloroso,

de una puerta que separa los gestos del amor

de la soledad, de la ausencia.

Una palabra.

Las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia.

Alejandra Pizarnik

Envuelta en una cinta roja, metida en una muy pequeña caja de madera, he decidido regalarle una palabra. Para mañana ya la habrá olvidado lo sé, pero es que no tengo nada mas que darle excepto lo que soy: todas las palabras que callo y una silenciosa soledad, y eso usted no lo quiere. He aprendido a hacerme responsable de todo lo que siento, nunca mas le pediré nada, no pediré que haga promesas que luego tendrá que arrepentirse de haberlas dicho.

Que no le digan nunca que una palabra no es suficiente, la palabra sola mata o crea, la ausencia de ella el silencio la convierte en tortura que daña la mente contaminándonos.

En esta palabra pondré todo lo que soy, nadie dirá que no es posible, en este instante lo estoy haciendo; si me quieres aunque fuera un poco sabrás qué es lo que digo, si no, no importa, me queda la certeza de que como yo nunca nadie la ha amado, no es poco, pero alcanza solo para alimentar la resignación.

¿Cómo se pasa al otro lado del espejo?

Del libro: Preguntario

Jairo anibal niño